Módulo 3: Cómo motivar a mis estudiantes
El tema es la relación entre
la emoción y el aprendizaje. La dimensión afectiva, tanto interior (motivación,
ansiedad, autoestima, etc.) como las de relación alumno-alumno, profesor-alumno,
es imprescindible para adquisición de conocimiento. La falta de motivación por
parte de los estudiantes es un problema común, pero tenemos que usar todas las
estrategias y recurso posibles para resolverlo. En el aula, es necesario crear
ambientes, situaciones y propuestas de actividades didácticas que sigan una
secuencia lógica y que posibiliten que los estudiantes sientan que son capaces
de aprender. Eso seguramente les dará una sensación de confianza y mejorará su
desempeño.
Hay muchas razones para que los alumnos no estén motivados, pero elegí tres
que pienso formar parte de la realidad de gran parte de los profesores que
trabajan en institutos:
- comparan las asignaturas y creen que estudiar español no es importante;
- no ven en qué la lengua española les servirá, no les resulta práctica;
- son tímidos.
Posibles soluciones:
Cabe al profesor trabajar con mucha seriedad para
valorar la asignatura que imparte (aunque los alumnos seguirán pensando que
tiene poca importancia), sugiriendo actividades interesantes y dinámicas
siempre que posible. Intentar convencerles de que aprender la lengua española
puede ser un factor decisivo en los exámenes para ingresar a una universidad.
Y trabajar el compañerismo entre profesor-alumno y entre los alumnos para
que no tengan vergüenza de realizar actividades a veces muy sencillas, como por
ejemplo, leer en voz alta. Es importante también que los alumnos comprendan que
son capaces de realizar las actividades propuestas.
Por mi experiencia con
estudiantes de diferentes edades, niveles de conocimiento y de diferentes
institutos, entiendo que nosotros, profesores, podemos ayudar nuestros
estudiantes inseguros a mejorar su autoestima, no cobrándoles más de lo que
pueden ofrecernos, elogiando cada intento y cada éxito, enfatizando que el
error forma parte del proceso de aprendizaje.
Actividad: Los falsos cognados
Como actividad para motivar a mis alumnos, presenté una que desarrollé con chicos de 8º grado, una actividad muy interesante y que
involucró gran parte de la comunidad escolar. La timidez de los alumnos no se
manifestó en ningún momento.
El tema, “los falsos cognados”, ya les resulta
interesante porque el significado de muchos falsos amigos, en portugués, les hace reír.
La propuesta: cada grupo debería elegir tres falsos
cognados, elaborar una frase con cada uno y escribirlas en carteles, que fueron
dispuestos en los pasillos del colegio. Para cada frase había una ilustración
para contextualizar.
El objetivo: desafiar los otros estudiantes a leer
las frases, descubrir el significado de cada falso cognado - destacado en cada
frase-, y escribirlo - en cada cartel
había espacio para el registro del significado y la identificación de cinco
estudiantes distintos. Habría premio para el primer alumno que descubriera el
significado de cada frase y lo escribiera correctamente en el cartel.
Resultado: Pensamos inicialmente que solo los
estudiantes de 6º, 7º y 9º grados participarían, pero el éxito fue enorme, pues
además de los chicos de bachillerato, los de Educación básica también entraron
en el juego. Así, mis alumnos elaboraron más frases especialmente para los
niños de 1º al 5º grado. Lo más interesante es que en mi colegio la enseñanza
de la lengua española comienza en el 6º grado.
Producto final: Mis alumnos se sintieron tan
importantes con esa actividad que despertó la curiosidad y participación de
todos, que quisieron crear un “Álbum ilustrado de falsos amigos”. Lo creamos, fue totalmente ilustrado por los estudiantes, lo imprimimos en el colegio y dejamos algunos volúmenes en la biblioteca.
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